EL GAITERU DE ARGOLIBIU Y SU TAMBOR: HOMENAJE A PEPE'L CHE

Pepe´l Che es asturiano, señores. Y como sigue la canción, él la patria non la niega. Nació hace 87 años en el pueblo de Vega de Cien, concejo de Amieva. Y aún a esta edad es difícil no percibir el niño que se despierta en él cuando escucha una gaita sonar. En ella está su padre el gaiteru d´Argolibiu, su arcaico instrumento, el eco de un tambor construido por él mismo y la fuerza que le arranca con su cantar.


José Álvarez, "el Che"
Fotografía cortesía de familia de el Che


   
El gaiteru d´Argolibiu (1901-1953)
Fotografía cortesía de familia de Che


La historia de Che empieza un 14 de marzo de 1933 en el pueblo de Vega de Cien, Amieva. No obstante, a los pocos años de edad se traslada con su familia a vivir al vecino pueblo de Argolibiu. Su afición por el instrumento y la canción asturiana vienen desde la cuna, puesto que su padre fue gaitero. Era este hombre José Álvarez Mollera, el gaiteru d´Argolibiu (1901-1953), uno de los más reconocidos del concejo de Amieva. Además de esto fue un excelente cantante de asturianada, herencia que dejó en su hijo Pepe junto con un antiguo tambor fabricado por él mismo.

José, el gaiteru d´Argolibiu tocó la gaita durante toda su vida, salvo el lapsus de la Guerra Civil, que obligó a enmudecer su instrumento y las voces que a ella se unían. No obstante, recuperada aquella "nueva normalidad", la gaita y el tambor volvieron a salir de la vieja arca donde fueron aparcados y las romerías, bodas y bailes retornaron. José tomó la gaita y su compañero, el tamboritero Félix Arduengo Vega, Félix Carmeneru (1924 - ca. 1953/4), el tambor.

Además de tocar por múltiples bailes, fiestas, bodas y misas, José ejerció magisterio en otros gaiteros de la contorna. Al menos otros tres acudieron con él para aprender a tocar el instrumento y su repertorio. Uno de ellos, Narciso Fernández de la Mata (1920-1995), dejaría tras de sí una saga de gaiteros y cantantes reconocidos. Nos referimos a su hijo Narciso Fernández, amante y promotor de la canción asturiana a través del concurso de Amieva; e hijo de este, el reconocido y apreciado gaitero y cantante Oscarín Fernández. El abuelo Narciso -en el centro de la fotografía- tenía por preferida la "Jota asturiana" tal y como la había aprendido de José, y tocaba también otras como "Pastor que estás en el monte" o "La alborada de Veiga", pieza a la que se refería como "El ringo rango". En el repertorio de José, según escuchamos a Che decir, también había una gran número de piezas similares a las del repertorio del gaiteru de Margolles que hoy podemos escuchar a través de las grabaciones de su hijo el gaitero José Remis Ovalle o Eduardo´l de Sabina.


De izquierda a derecha: Oscarín (nieto), Narciso y Narciso (hijo) 
Fotografía cortesía de Narciso Fernandez

Al cabo de los años, el padre de Che caería enfermo y la gaita retornó de nuevo al viejo arca en compañía del tambor. Ya postrado en cama, José oyó un día la gaita sonar a través de la ventana. El sonido provenía de un solhorro y pese a que reconocía a los gaiteros por su toque, ese día no conseguí saber quien la estaba tocando. Preguntó a su mujer quién era aquel gaitero y ella le contestó que quizás sería Marianín, otro gaitero muy conocido en los concejos de Amieva y Ponga. José estaba seguro que no era él y después de insistir, cuál sería su sorpresa al saber que era su hijo Che quien la tocaba. Sin embargo, no tuvo la reacción que podría pensarse. José sabía que la vida del gaitero entonces no iba a ser la mejor herencia para dejarle a un hijo y decidió vender su instrumento. La gaita se apartó del joven Che tomando camino hacia Oseja de Sajambre, según pudo saber. Nunca más supo de ella y este triste sentimiento, le acompañó toda la vida.

Los años pasaron y la vida juntó por casualidad a Che y a mi abuelo Nicanor en tierras zamoranas, realizando el servicio militar en el campamento de Monte la Reina. Allí forjaron una amistad y cariño mutuo que siguen regando a sus 87 años. Posteriormente la emigración le empujó camino de Cuba, donde en compañía de un primo, trabajó en la venta de repuestos para la casa Ford. Más tarde, sería el país galo el que daría cuenta de sus habilidades en la ebanistería. 



"Marianín", gaiteru y violinista de Amieva
Fotografía extraída del programa De Romandela en Amieva

Fue entre 1970 y 1973 cuando Pepe´l Che, tras sus andanzas por el extranjero recayó unos días en su tierra. En Villaverde celebraban San Antonio el 26 de junio y quiso la casualidad que al día siguiente por San Antonín, coincidieran en el chigre el joven Che, el gaitero y violinista local Marianín (Mariano Díaz) y una antigua grabadora de cinta preparada para recoger todo lo que brotaba por aquella boca y puntero. Lo que podía ser entonces una simple juerga, hoy es un testimonio irrepetible para quienes sabemos el valor que tiene. Cuando Che llegó un día a la cocina de mi abuelo en Bárzana con aquellas grabaciones, traía lo que para él era un tesoro y para mí algo a lo que ni el mítico Presi podía hacer sombra. Así que, gracias a Narciso Fernández, que fue quien consiguió localizarlas y digitalizarlas, compartimos aquí una de aquellas joyas que quedaron grabadas de aquel encuentro. La voz de Che, que aún no cumplía cuarenta años y la gaita en manos de Marianín Díaz, el gaiteru de Villaverde interpretando la asturianada "Cuando yo salí de Asturias":




Tras medio mundo recorrido de una punta a otra del mapa, la vida tuvo un nuevo capricho de llevarlo a Quirós para quedarse. Aquí encontró el cariño de una mujer única como es Isolina González. Y también, a mi abuelo y su amigo Nicanor, con quien aún intercambia pequeños sorbos de juventud y confidencia. En su casa de Bermiego y bajo el teixo milenario, compartimos hace muchos años una entrañable tarde de canto y gaita donde la magia de las gaitas y voces de Amieva brillaron con el Che, Oscarín, su padre Narciso, Xuacu Amieva y a ellas tuve la suerte de unirme y conocer aún mejor toda esta historia. 

En medio de este fragor de música y camaradería quirosano-amievense, en Pepe reverdeció aquel sentimiento infantil y se acordó del viejo tambor de su padre que seguía en largo letargo como el arpa becqueriana. Aquel centenario acosado por la polilla, aquella reliquia única de la organología asturiana, aquel depósito de memoria y amor, quiso Pepe que un servidor lo conservara. Era el año 2011 y me había confiado  el tambor construido entre los años 1920 y 1925 por su padre, el gaiteru de Argolibiu.



Tambor construido por "el gaiteru de Argolibiu" aproximadamente en 1920

El tambor, de morfología similar a un redoblante, estuvo tocando hasta el año 1945. Pesa aproximadamente 1,4 kg. y tiene unas medidas de 35 cm de diámetro x 16,5 cm. El cuerpo del tambor fue construido por un hojalatero. Los aros, los construyó el propio gaitero con madera de nogal y están unidos mediante pequeñas grapas y puntas. Los seis tensores fueron hechos por un herrero. Los parches, los hizo el mismo José curtiendo la piel de una oveja. Para colgarlo empleaba un vilorto o la petrina del pantalón que hacía pasar por una anilla lateral. Además de ello, lleva una bordonera en el exterior del parche inferior realizada de tripa de animal. Pepe nos habló también en su día de unas cuerdas de bramante de coser las albardas de los burros, que su padre pasaba por cera de abeja para dejarlas a su gusto. No obstante Che consideraba que al tambor le faltaba algo muy importante y eran sus baquetas. Conocedor de la madera por sus años de ebanista, recordó que las de su padre eran de tejo y él mismo las realizó en esta madera y acuñó sus iniciales, que son las mismas que las de su progenitor.

Y con todo ello, además de una sentida carta, Pepe nos hizo llegar un poema escrito por él mismo con la historia de este tambor.

Poema escrito por Pepe´l Che sobre el tambor de su padre

Es el mejor final para una historia, que no se acaba. Sigue en la voz de Pepe, en el resquicio de una quintana en Argolibiu o Bermiego, en los punteros de Xuacu o de Oscarín. Sigue en este tambor y en nuestro eterno agradecimiento y cariño a él por su amistad y por este legado que nos ha confiado. Y como José´l gaiteru ante aquella "nueva normalidad", Pepe´l Che y quien escribe, aprovechamos un pequeño respiro de la pandemia que ahora nos toca vivir para lanzar al viento el eterno cantar. Muchas gracias Pepe por haber confiado en mi este sentido recuerdo de tu padre. Y a Narciso e Isolina por sumar memoria y vivencias para completar esta historia.




Comentarios

  1. Eres un crack Está guapisimio. (Como todol lo que tú haces) Se va emocionar.Ya te diré. Se lo doy por escrito para que me quedé tu recuerdo 😘😘

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    1. Muchas gracias Iso. Lo aprecio mucho y es algo que le debía desde hace tiempo. Espero que sea una pequeña ventana para que otros descubran la gran voz, historia y persona que hay detrás de ella.

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  2. Hola Luis!
    Muchísimas gracias por tan bonito artículo y homenaje "al mio tiu Che".
    El video, la grabación histórica, esas fotos (soy el autor de la de los tres gaiteros, pues soy sobrino de Narciso, y primo de Chichi y Oscarín, que también es mi ahijado), y ese emotivo y sentido texto han conseguido emocionarme.
    Sin duda, mi tío, no podría haber elegido mejor destinatario para esa reliquia de tambor!
    Te mando un fuerte abrazo!

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    1. Hola Sixto, gracias a ti por animarte a comentar. Me alegra saber de la relación familiar, los aprecio a todos ellos y compartimos momentos muy guapos en Bermiego. Tu tío Narciso (Chichi) fue uno de los principales cómplices para sumar un grado de emoción a esta historia. Ojalá nos podamos volver a juntar pronto. Un fuerte abrazo.

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