MUJERES PIANISTAS EN EL OVIEDO DE LA PRIMERA MITAD DE SIGLO XX

Artículo dedicado a Dña. Consolación de Castro Gómez, pianista asturiana y profesora del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, por su amistad y aprecio. En homenaje a todas las mujeres que dedicaron su vida a tocar y enseñar el arte de este instrumento.

Hoy Día Internacional de la Mujer, 8 de marzo de 2023, he escogido el tema «Mujeres pianistas en el Oviedo de la primera mitad de siglo XX». Una vez más, las mujeres que reunieron méritos al piano, tanto en el plano artístico como pedagógico, son las grandes olvidadas incluso por la bibliografía musical asturiana. De algunas, muy pocas, han aparecido en los últimos años trabajos muy interesantes. No obstante, de la gran mayoría no localizaremos más que tímidos recuerdos en algunas obras y desperdigadas citas en la hemeroteca histórica.

Antes de comenzar queremos advertir que nuestro escrito no es, ni pretende ser, una de nuestras investigaciones musicológicas. Se ha escrito en la madrugada del 7 al 8 de marzo con el único propósito de homenajear humildemente a algunas mujeres a las que la historia del piano y la educación musical en Asturias deben un reconocimiento y también el de cumplir con mi promesa de contribuir a este día, 8M, con una semblanza sobre mujeres en la música asturiana. Somos conscientes de que habrá omisiones y algunas reseñas no harán la suficiente justicia a los méritos que estas pianistas hayan podido contraer. Pero, por otra parte, abandonar nuestro propósito por un exceso de recelo o falta de prudencia tampoco contribuiría a visibilizarlas. Así pues, ante la falta de suficiente bibliografía, deseamos que esta entrada invite a algunos de los familiares de las mujeres reseñadas a ampliar estas biografías –para lo cual estaríamos muy agradecidos– o a que algun@ de nuestros colegas musicólog@s u otros investigadores se animen en un futuro a profundizar en la vida de algunas de ellas en sus trabajos fin de grado, másteres o tesis doctorales.

Una de estas mujeres fue Aurora Fernández Gutiérrez, hija del pianista, compositor y pintor Baldomero Fernández Casielles y de Aurora Gutiérrez Martínez. Sobre «Aurorina», como cariñosamente se le conocía en Oviedo, concreta mi homónimo Arrones que «fue profesora en el Conservatorio de Música de Oviedo y auxiliar de dirección y también profesora de música del Orfeón Ovetense» (Arrones, 1988: 437). Más tarde, lo sería de la Coral Vetusta. «Aurorina» fue una de los tres hijos del brillante músico, junto con Amanda y Baldomero, ambos fallecidos a muy temprana edad, dos hechos que marcaron profundamente a su padre, como atestigua la obra «Poema a un niño», dedicada al segundo. Sabemos de Aurora que sobrevivió a la guerra incivil, pero no en Oviedo. La contienda le sorprendió efectivamente siendo ya profesora municipal de música del Ayuntamiento de Oviedo, tal y como señala en 1937 el diario Región, que la llegó a incluir en un listado de nombres a los que invitaba a denunciar en caso de conocer posibles antecedentes político-sociales y su conducta en relación al Movimiento Nacional («Información pública», 1937: 3). Recordemos que la Guerra Civil, como en tantos otros planos, supuso un cambio radical del panorama musical asturiano. Y así, por el ejemplar del 28 de enero de Región sabemos lo siguiente: «le sorprendió el movimiento nacionalista en León, en donde continuó hasta el mes de noviembre último que regresó a Oviedo. Como no hizo acto de presencia cuando fue liberado Oviedo se le impone como sanción la pérdida de todos los haberes que ha dejado de percibir, hasta el día en que hizo su presentación en la Alcaldía» («Resolución de expedientes», 1938: 3). Aurora gozó de gran estima entre la sociedad ovetense, impartiendo numerosas clases particulares sobre el piano de su padre Baldomero. Un instrumento, que tras la muerte de esta pianista, acontecida el 5 de agosto de 1986, pasaría gracias a las gestiones de Luis Arrones, a integrar los fondos del Real Instituto De Estudios Asturianos (RIDEA). 

Homenaje póstumo al pianista Baldomero Fernández Casielles.
Entre los músicos se reconocen en primera línea a los pianistas
Manuel del Fresno y Aurora Fernández, y al violinista Ángel Muñiz Toca.
(Fuente: Región, 17/12/1935)

María de los Dolores Muñiz
(Fuente: Marcilla, 2001: 255)

María de los Dolores Muñiz López es otra figura femenina de destacada importancia para el piano asturiano. Es a través la obra Un hito en la Historia de la Cultura Asturiana (2001), de José María Marcilla, de quien conservo algunos fondos, donde tomo las siguientes notas. Marcilla indica que María de las Dolores nació en Oviedo el 21 de septiembre de 1901, aunque su defunción en 2002 a los 99 años de edad nos habla de otra fecha. Estudió Magisterio y se hizo maestra –alcanzó, según su esquela, el cargo de Catedrática de la Escuela Normal– por indicación de su padre, reputado músico militar y director de la banda que «a partir de 1889, fue "Clarinete de Primera Clase", de la primera Banda Municipal de Oviedo» (Marcilla, 2001: 255). Se formaría musicalmente en la Escuela de Bellas Artes de San Salvador de Oviedo –luego Conservatorio Provincial de Música– siendo discípula de Ignacio Ruíz de la Peña y Saturnino del Fresno Arroyo. Tras adquirir una sólida base pianística, completó su carrera en el Real Conservatorio de Música y Declamación de Madrid. También fue organista de la Iglesia de Santa María la Real de la Corte, en la cual fundó un coro infantil. En el año 1928 se hizo con la plaza por concurso-oposición de Profesora de Música del Ayuntamiento de Oviedo y comenzó una destacada actividad centrada en la formación y dirección de coros infantiles como los de Las Escuelas de la calle Quintana, La Lila, Postigo, El Fontán y el Infantil de las Escuelas de Oviedo (Marcilla, 2001: 257). Todas estas formaciones fueron, a juzgar por las palabras de Marcilla, de gran valía llegando a obtener multitud de reconocimientos e intervenir en dos ocasiones en las temporadas de ópera, en una de ellas, ante el Jefe del Estado. 

María de los Dolores tuvo numerosos alumnos, entre los cuales podemos destacar a Antonio Díaz Corveiras, virtuoso  intérprete de órgano y profesor que fue del conservatorio carbayón. También debe destacarse el nombre de Josefina Cuadrado García, a la que nos referiremos más adelante, quien terminó sus estudios en el conservatorio de Oviedo bajo la tutela de María de los Dolores en octubre de 1932. Esta pianista falleció a los 99 años de edad el 2 de junio de 2002 en Gijón, ciudad en la que residió en las dos últimas décadas de su vida. 

Joaquina en su infancia
(Fuente: En los exémanes celebrados..., 1924: 4)

Uno de los nombres de pianistas asturianas que siempre me ha despertado gran curiosidad, quizás motivada por su estrechísima vinculación con el mundo coral y su gran actividad en la década de aquellos dinámicos años veinte y treinta de Oviedo, es el de Joaquina Gómez Varela. Su nombre de pila debió ser Joaquina Argentina y fue asilada del Hospicio de Oviedo o Residencia Provincial de Niños. En 1924 se examinó en la Academia de Bellas Artes de Oviedo de tres años de solfeo y cinco de piano tras una interpretación valedora de la calificación de sobresaliente. Su precoz talento musical queda manifiesto en crónicas como la siguiente de 1925 que dice: ««El coro del Hospicio cantó de un modo insuperable, acompañado de nutrida orquesta y dirigido por la profesora señorita Joaquina Gómez la Misa de Matroli y escogidas composiciones musicales» (Sacramentales: en el Hospicio, 1925: 2). 

Dos años más tarde, el Hospicio se hacía cargo de los gastos derivados de su traslado al Conservatorio de Madrid con objeto de examinarse. En octubre de ese año, 1927, Joaquina regresa a Oviedo con la carrera de piano completada y habiendo obtenido excelentes calificaciones en su octavo curso. En julio de 1928 cubriría la plaza de Profesora de Música de la Sección de Niñas de la Residencia Provincial, por entonces temporalmente y sin sueldo, que venía ocupando otra gran pianista y compositora de la que hablaremos, María Teresa Prieto, a causa de una fractura de un brazo. Obtendría, en febrero de 1929, el cargo de profesora auxiliar con una gratificación de 720 pesetas.

De su búsqueda de la excelencia en el campo musical sirva que su coro infantil, en ese año de 1929, ya tenía el suficiente nivel para integrarse dentro de la plantilla de la Coral Vetusta. Además de estas actividades, unas veces alternando con Aurora Nistal Pérez, compañera del hospicio y pianista con la que estudiaría tanto en sus estudios en el Bellas Artes de Oviedo como luego en el Real Conservatorio de Madrid, como otras acompañando a cantantes líricos y orfeonistas, Joaquina intervino en numerosos conciertos celebrados en Oviedo ligados al Hospicio y a la Coral Vetusta.

El 15 de abril de 1929 contrajo matrimonio con Manuel Castro Fernández Cantera, también vecino de la parroquia de San Juan el Real, con quien tendrá su primera hija un año más tarde. Llega la República y su creciente y meritoria actividad determina que un Pleno de la Diputación del año 1931 le eleve en 500 pesetas su sueldo de Auxiliar de Música, continuando hasta el estallido de la Guerra Civil en 1936 con su destacada actividad musical y desempeñando el cargo de profesora de música en el Hospicio. Joaquina debió padecer de un ejercicio de depuración del desconocemos sus consecuencias, depositado hoy en el Archivo Histórico de Asturias. Aquel episodio truncaba el desarrollo de su carrera, tan estrechamente vinculada al piano y al acompañamiento al órgano de coros. En este sentido, «Doña Joaquina», como se le conocía en Oviedo, ostentaba en 1932 el puesto de directora del Orfeón de Cadavedo y un destacado cargo de subdirectora de la Coral Vetusta en sustitución de mi paisano Leopoldo Prada Martínez, en este último caso desde finales de ese año –cuando Prada formó la Capilla Santa Cecilia– hasta el revolucionario año de 1934. Precisamente, ella fue una de las organistas acompañantes del Santa Cecilia. Con todo ello, queremos dejar en el tintero, que no son pocas las crónicas periodísticas que en 1933 y 1934 sitúan a nuestra biografiada como directora de la formación Vetusta. Fallecería el 14 de marzo de 1993.

Consolación, hija de Joaquina Gómez
(Fuente: S.F., 1988: 8)

Entre sus alumnado más aventajados debe citarse precisamente a su hija, Consolación de Castro Gómez (Tapia de Casariego, 1938), quien realizó una brillante carrera pianística y cosechó numerosos premios tales como el de Perfeccionamiento de Piano, otorgado en el Real Conservatorio de Música de Madrid en 1958, en el mismo lugar el Premio Extraordinario de María del Carmen,  el Premio Masaveu en 1968 (Madrid) y otros internacionales como el Ferruccio Busoni (Bolzano, Italia), el Internacional de Jaén o el Internacional de Bilbao.  De Castro fue profesora del Real Conservatorio de Madrid. Como alumnas aventajadas, también tenemos constancia de otra asturiana y alumna de Joaquina, Purificación  Laca Ruíz (Oviedo, 1912-1994), quien en 1931 terminaba bajo su tutela sus estudios de quinto curso de piano en el Conservatorio Provincial de Música con calificación de sobresaliente. Otra alumna destacada fue Encarnación Fernández Ortega, que también aprovechó las enseñanzas de Saturnino del Fresno y luego de José Cubiles, cosechando un Primer Premio Fin de carrera en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid y otros relevantes como el Juan Sebastián Bach, un primer premio y el premio extraordinario de Virtuosismo y varios diplomas de honor obtenidos en concursos de concurrencia internacional como el Are nova (Barcelona), F.B. Viotti (Vercelli) o el A. Casella (Nápoles). Fue profesora en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid y una virtuosa concertista que en varias ocasiones actuaría también junto con Consolación de Castro.

Encarnita Fernández Ortega

Ángeles Abruñedo
 (Fuente: Región, 4/1/1935)

Con estrecha vinculación con el piano podemos citar a Adelina Abruñedo Abruñedo y Ángeles Abruñedo Velasco, emparentadas como tía y sobrina. Ángeles era hija de Jacobo Abruñedo Abruñedo, director del Banco de España en Gijón y nieta del tenor Lorenzo Abruñedo. Carbayonas las dos, sobre esta última podemos apuntar que pasó por los Conservatorios de Oviedo, Madrid y más tarde París. A principios de junio de 1936 se presentó en la sala Pleyel, donde alcanzó un gran reconocimiento en la interpretación del piano romántico, especializándose en Chopin, predilecto en sus programas entre los que no faltaban tampoco Sergei Rachmaninof, List, Schumann, Scarlatti o Mozart. Durante los años treinta y cuarenta realizó numerosos recitales de piano por Asturias y diferentes puntos de España. De uno de ellos, véase el siguiente programa correspondiente a un concierto suyo ofrecido en el Palau de la Música Catalana el 14 de marzo de 1949. Entre sus maestros podemos citar al menos a Adelina Abruñedo en Oviedo, a José María Guervós Mira en Madrid y Santiago Riera en París. Ángeles, que también tendría un hermano pianista y director llamado Lorenzo, falleció el 21 de septiembre de 1988 en Madrid. 

Adelina Abruñedo Abruñedo era hija del tenor ovetense Lorenzo Abruñedo y de Rosario Abruñedo. Pudo ser quizás de Adelina Patti, quien consagraría numerosos éxitos con su padre, motivo para tomar su nombre. Jaime Álvarez Buylla dice sobre ella que fue en Oviedo «directora del conservatorio» (Morán, 2011), aunque solo podemos constatar su labor como profesora de Solfeo y Piano, datos que podrían corroborarse en su expediente como docente y respectiva jubilación conservado en el Archivo Histórico de Asturias. Su relación con este centro –llamado entonces Escuela Provincial de Música– parece ser que se formalizó el 1 de septiembre de 1924 en calidad de profesora auxiliar (Acuerdos de la Comisión Provincial, 1926: 8). En 1932 y a raíz del fallecimiento del profesor titular de Solfeo, Adelina adquiere su plaza de titular en esta especialidad. Durante aquellos años veinte y treinta figura también como directora de un coro de niñas que intervenía en los cultos de la Iglesia de Santa María la Real de la Corte, en Oviedo, agrupación a la que además acompañaba al armonium. De este tipo de actividades, también queda como testimonio su intervención en Radio Asturias dirigiendo en 1934 un coro de niños que cantó acompañado de un conjunto orquestal y armonium (Radio Asturias en Nochebuena, 1934: 2). En el acto también intervino otra formación similar bajo la batuta de «Ángeles Velasco»; quien suponemos la anteriormente citada «Ángeles Abruñedo Velasco». En 1955 quedó jubilada de su puesto de profesora de Solfeo.

Adelina Abruñedo, identificada por su alumno Prudencio Álvarez Morán.
En primer término los profesores de piano Saturnino del Fresno Arroyo y de violín Francisco Torres Laguna (Fuente: Martínez, 1975).

En este repaso no podemos olvidarnos de María Teresa Prieto y Fernández de la Llana, quien nació en Oviedo en 1895 y falleció en México en 1982. Formada en el Conservatorio de Música de Oviedo con Saturnino del Fresno, sería Profesora de Música de la Sección de Niñas de la Residencia Provincial y más tarde se trasladaría al Conservatorio de Madrid recibiendo enseñanzas de Benito García de la Parra. La Guerra Civil la empujaría al exilio en México, donde se empapó de las corrientes musicales de este país destacando no solo como una gran pianista, sino también como una fructífera y notable compositora. Es una de las protagonistas de nuestra entrada mejor documentadas, ya que cuenta con una referencia en la web de la Real Academia de la Historia y un magnífico trabajo que la doctora en Historia y Ciencias de la Música Tania Perón Pérez ha publicado basándose en su tesis doctoral: Creación y añoranza en el México del siglo XX (2022). Al hilo de esto último, mi colega Eduardo Salueña, alma mater del Taller de Músicos de la Fundación Municipal de Gijón/Xixón, organizaba recientemente su presentación y un recital para voz y piano con una selección de su obra a cargo de la soprano Ana Nebot y el pianista Aurelio Viribay. 

María Teresa Prieto

En nuestras búsquedas también dimos con otras mujeres vinculadas al piano, como Carmen López Díaz, quien en 1925/26 fue pensionada junto con Pura Barniol Álvarez (discípula de Antonio Fernández Bordas que debió trasladarse a Jaén) en el Real Conservatorio de Música y Declamación de Madrid para realizar estudios de piano y violín, respectivamente. Carmen estudiaría en el Conservatorio de París, donde parece que tuvo como profesora a la destacada Margarite Long y obtendría el diploma "L'Ecole" por sus méritos. Daría diversos conciertos en solitario y acompañando cantantes o músicos como el violinista y compositor Baldomero Álvarez Céspedes.

La pianista Carmen López Díaz junto con Purita Barniol
y Manuel del Fresno 
(Fuente: Región, 15/5/1931)

La pianista Carmen López Díaz
(Fuente: Región, 13/7/1932)

En el Archivo Histórico de Asturias también consta un «expediente de concesión de matrícula gratuita a Josefina Cuadrado García, vecina de Oviedo, para examinarse de las asignaturas de tercer y cuarto curso de Piano en el Conservatorio Provincial de Música» con fecha de 1932. Era su maestra María de los Dolores Muñiz, anteriormente reseñada. Con la de 1934/35 también consta un «expediente de desestimación de la petición de María Luisa de Lera Cristóbal, pensionada de número de estudios de piano, a una pensión de mérito de la misma especialidad». También tenemos noticias, de Dolores Rodríguez Uría, a quien en 1965 se le concedió una beca para ampliar sus estudios en el extranjero. 

Purita de la Riva 
(Fuente: «La Providencia ha marcado
mi camino», 2021: 4)

Como nuestro pequeño repaso ha de circunscribirse a la primera mitad de siglo XX, no quisiera cerrarlo sin un recuerdo a la niña que cautivó al público ovetense con un temperamento impropio para su edad y que el pasado mes de febrero ha cumplido 90 años. Me refiero a Purificación de la Riva (Oviedo, 1933), más conocida como Purita de la Riva, quien comenzó a recibir lecciones de piano y solfeo a la edad de seis años de otra mujer, sor Fructuosa Marquina, religiosa destinada en el Colegio de la Milagrosa. Entre los ocho y los quince se dedicaría intensamente al estudio del instrumento bajo la tutela del maestro Saturnino del Fresno. Fue a los doce años cuando obtuvo por unanimidad del tribunal el Premio Fin de Carrera del Conservatorio Superior de Madrid y el Extraordinario María del Carmen. Tras una extraordinaria presentación en los teatros y la radio asturiana ofrecería recitales por toda España, alcanzando el cargo de Catedrática de Piano en el Conservatorio Superior de Oviedo, instrumento a cuya docencia ha dedicado cuarenta y siete años en la institución y cuenta allí con un aula a su nombre. A ella se le debe la grabación de gran parte de la obra del gran compositor asturiano Anselmo González del Valle.

Afortunadamente, Purita supone junto con María Teresa Prieto otra excepción en la relación de pianistas asturianas que cuentan con una biografía. Fernando Agüeria, director del Conservatorio Superior de Oviedo, le ha brindado una obra biográfica titulada Purita de la Riva: pianista (2020). Creo que la mejor forma de cerrar estas semblanzas es con un homenaje a todas estas mujeres pianistas con la música de esta última: Purita de la Riva.

 

Referencias bibliográficas

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